biografía

 Jaime del rio 

Músico y Compositor

 

Jaime del Rio

por Pentagrama del Recuerdo

La ciudad de Cochabamba es reconocida como una fuente de inspiración para autores y compositores. Su clima acogedor y hermosos paisajes han generado una intensa actividad cultural en la región. Los versos de sus artistas ensalzan la belleza de las mujeres, el exquisito y variado gusto culinario y reflejan la alegría y la nostalgia que se experimenta al escuchar sus melodías.

En los tradicionales pasajes de Cochabamba, donde se servían platos deliciosos como chankha papa, chorizos y sillpanchos, grupos de jóvenes se reunían por las noches para cantar cuecas alegres y pasacalles nostálgicos, acompañados de charangos y guitarras. Fue en ese ambiente que Jaime del Río, cuyo nombre real era Jorge Rubén Ramírez, comenzó a explorar su talento musical.

Jaime del Río, nacido en Cochabamba alrededor de 1929, se dio a conocer como cantautor en el pequeño auditorio de Radio Cultura AM 1090. Su vocación artística y perseverancia le permitieron destacarse como intérprete y compositor. Adoptó el nombre artístico de Jaime del Río y presentó su concepto filosófico de la cueca «Una Pena», donde expresaba su deseo de ser valorado y no experimentar humillaciones ni compasión.

A lo largo de su carrera, Jaime del Río tuvo la oportunidad de cantar en diversos escenarios. En 1961, se presentó en un recital en el Paraninfo de la Universidad Técnica de Oruro, donde fue aplaudido por sus composiciones, especialmente por su taquirari «Estas demás». En 1966, participó en un programa de radio en la ciudad de La Paz y decidió establecerse allí debido a las mejores oportunidades que encontró para desarrollar su carrera artística.

Jaime del Río grabó su primer disco en la fábrica de discos Méndez, la primera en instalarse en Bolivia en 1946. A través de giras por diferentes ciudades y centros mineros, dio a conocer sus interpretaciones, incluyendo la cueca «Una Pena», el huayño «Palomita blanca» y otros taquiraris.

Lamentablemente, la vida de Jaime del Río lejos de su ciudad natal no fue fácil. Se retiró de la actividad artística y enfrentó problemas de salud. Aproximadamente en 1979, falleció a causa de un paro cardíaco. Su legado artístico no recibió la atención merecida por parte de los medios de comunicación y las autoridades de Cochabamba.

En 1995, Tito Yupanqui, un reconocido artista paceño y presidente de Sobodaycom en La Paz, hizo una solicitud para trasladar los restos de Jaime del Río al mausoleo de los notables en Cochabamba. Sin embargo, la respuesta de las autoridades municipales fue negligente y los restos del compositor se perdieron.

Jaime del Río dejó un legado musical significativo, siendo uno de los autores del segundo himno popular de Cochabamba, «Oh Cochabamba». Esta canción refleja la belleza y encanto que la ciudad solía tener en otros tiempos, donde el río Rocha y sus verdes praderas eran lugares de paseo y recreación. En aquellos tiempos, se podía cruzar los maizales para llegar a la casa de Max Torrico, conocido como «Yacu Ugia», quien deleitaba a todos con su piano mientras disfrutaban de los platos preparados por su esposa, Doña Filomena Claros, y se refrescaban con una tutuma de chicha. Además, había un tranvía que recorría la ciudad y llegaba hasta la localidad de Vinto, permitiendo a las personas admirar los hermosos paisajes y las construcciones coloniales.

Esa era la Cochabamba de antaño, llena de encanto y riqueza cultural. Aunque lamentablemente se ha perdido gran parte de su valor arquitectónico y las anécdotas interesantes de esa época, el legado artístico de Jaime del Río y otros autores y compositores de la región sigue vivo, recordándonos la importancia de preservar y valorar nuestra historia y cultura.

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Alfredo Solíz Béjar
Director y Conductor
Pentagrama del Recuerdo.com