biografía
Ricardo Cortez y Cortez
Músico y Compositor
La historia de Don Ricardo Cortez y Cortez es la de un hombre dedicado al arte y la música, cuyo legado perdura en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. Nacido en la ciudad de Potosí en 1911, Don Ricardito, como cariñosamente le llamaban sus estudiantes, descubrió desde temprana edad su pasión por la música.
A la edad de 22 años, se trasladó a la ciudad de Oruro para colaborar en el primer instituto de no videntes del país, el «María Antonieta Suárez». En esta institución, donde se enseñaba la lectura y escritura en braille, la formación musical era esencial. Fue aquí donde Don Ricardo Cortez formó uno de los mejores duetos de voces, Las Florecillas del Altiplano, junto a las internas Angélica Loza y Josefina Henrich. Además, dedicó un afectuoso servicio a todos los discapacitados que llegaban de diversas regiones del país, junto a su esposa, la Sra. María Romano, y sus hijos.
Don Ricardo Cortez se convirtió en un incansable cultor del arte y siempre estuvo vinculado al quehacer cultural de su ciudad. Distribuía su tiempo para impartir lecciones de historia de la música en la Escuela de Música María Luisa Luzio, donde dejó una huella imborrable en sus alumnos. También colaboró con la Estudiantina Sajama, junto a reconocidos maestros de la música, y llegó a grabar el primer disco en el sello Méndez con las destacadas vocalistas Blanca Loayza, Shirley y Ruth De Ugarte.
Su amplia formación musical lo llevó a formar parte del tribunal de jurados en varios concursos y festivales, donde se nominaban delegaciones a importantes eventos como los Festivales de Salta, Cosquín, De la Vendimia en Mendoza, Argentina, y los Festivales Lauro en Cochabamba. Además, participó en el Festival Nacional de la Canción en la ciudad de Oruro.
Don Ricardo Cortez destacó también como compositor, siendo el autor de la melodía del primer tango dedicado a Oruro, «Oruro de mis Amores», con letra del poeta Junio César Cadima. Además, compuso la zarzuela «Más allá de la luz», diversos villancicos y obras de música popular boliviana.
En 1972, aceptó la invitación del Dr. Abel Ramos Sologuren, Director del Consejo Departamental del Menor, para ser instructor de música ad-honorem en la conformación de coros y la enseñanza de instrumentos musicales a los internos de los hogares de esa institución.
A lo largo de su vida, Don Ricardo Cortez cosechó numerosos reconocimientos y distinciones por su destacada labor en el ámbito musical y cultural. En el XII aniversario del Programa Radial «Pentagrama del Recuerdo», se le entregó una plaqueta de reconocimiento por sus servicios prestados a la sociedad.
El legado de Don Ricardito perdurará en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Su fallecimiento a los 97 años el 11 de noviembre de 2008 dejó un profundo vacío en el ámbito musical de Oruro y en la vida de todos aquellos que lo admiraban. Su partida dejó un sentimiento de tristeza y nostalgia, pero también un profundo agradecimiento por todo lo que nos enseñó.
Don Ricardo Cortez nos enseñó que no hay virtud sin amar con pasión lo que se hace. Su dedicación, su entrega y su amor por la música fueron ejemplos inspiradores para todos nosotros. Siempre nos recordaba la importancia de perseguir nuestros sueños con determinación y nunca dejar de aprender y crecer en nuestro arte.
Su legado no se limitó solo a su talento musical, sino también a su calidad humana. Era un maestro generoso que compartía sus conocimientos con entusiasmo y paciencia. Siempre estaba dispuesto a brindar apoyo y orientación a quienes deseaban seguir sus pasos en el mundo de la música.
Don Ricardo Cortez fue mucho más que un director de programa, un pianista talentoso o un compositor destacado. Fue un mentor, un amigo y un verdadero pilar en la formación de nuevos valores en el arte musical. Su pasión y compromiso dejaron una profunda huella en cada uno de nosotros, sus alumnos y colegas.
Hoy, cada vez que recordamos los momentos compartidos en el Programa «Rueca de Arte» de CP 55 Radio Universidad, no podemos evitar pronunciar esas palabras que se volvieron una tradición: «Gracias, Don Ricardito». Expresiones llenas de gratitud y admiración hacia el maestro que nos guió y nos inspiró en nuestra travesía musical.
Aunque la mala política de aquel entonces cerró el programa y privó a la Universidad Técnica de Oruro de esta valiosa actividad cultural, el espíritu de Don Ricardo Cortez y Cortez sigue vivo en cada uno de nosotros. Su legado perdura en la música que interpretamos, en los escenarios donde nos presentamos y en el amor que sentimos por el arte.
Descansa en paz, Don Ricardito, y gracias por haber dejado una huella imborrable en nuestras vidas. Tu pasión, tu dedicación y tu amor por la música nos inspiran a seguir adelante, honrando tu memoria y llevando tu legado a nuevas generaciones de artistas.
El Profesor Ricardo Cortez y Cortez no solo dejó su huella en el mundo de la música, sino que también fue un maestro y mentor para muchos de nosotros, sus queridos alumnos. A lo largo de los años, tuvimos el privilegio de aprender de su sabiduría y experiencia, y nos convertimos en testigos de su dedicación y pasión por enseñar.
Como parte del elenco de artistas de CP 55 Radio Universidad, tuvimos el honor de ser guiados por Don Ricardo Cortez en nuestras interpretaciones musicales. Cada lunes, nos reuníamos en el programa «Rueca de Arte» para ensayar y perfeccionar nuestras voces bajo su dirección. Con su talento en el piano y la compañía de los guitarristas Hugo Argote y Abel Flores, creaba el marco musical perfecto para nuestras voces.
Éramos un grupo diverso de talentosos artistas: Maruja Ríos, Sonia Serrano, Blanca Loayza, Elizabeth Rodríguez, Gladis Morales, Felicidad Rodrigo, Glaudina Ríos, Las Hnas. De Ugarte, Las Hermanitas Rollano, Alfredo Soliz Bejar, Gabriel López, Jorge Ferrufino y muchos otros. Bajo la tutela de Don Ricardo, nos convertimos en un equipo cohesionado, unidos por nuestra pasión por la música y nuestra admiración por nuestro querido maestro.
Don Ricardo Cortez no solo nos enseñó a interpretar canciones, sino que también nos transmitió el amor por la música y el arte en general. Nos inspiró a explorar nuestra creatividad, a perfeccionar nuestras habilidades y a perseguir nuestros sueños con determinación. Cada uno de nosotros lleva su influencia en nuestras trayectorias musicales y en nuestras vidas en general.
Lamentablemente, el cierre del programa en 1967 debido a una mala política universitaria privó a la Universidad Técnica de Oruro de esta valiosa actividad cultural y dejó a muchos de nosotros con un vacío en nuestros corazones. Sin embargo, el impacto de Don Ricardo Cortez en nuestras vidas trasciende los límites del programa de radio. Sus enseñanzas y su legado perduran en cada uno de nosotros, en las notas que interpretamos y en los escenarios donde compartimos nuestra música.
Hoy, recordamos con gratitud a nuestro querido maestro, Don Ricardo Cortez y Cortez. Le agradecemos por su dedicación, su paciencia y su amor por la música. Su influencia en nosotros es eterna y nos motiva a seguir persiguiendo nuestros sueños musicales, siempre recordando las palabras que resonaban en el programa: «Gracias, Don Ricardito».
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Alfredo Solíz Béjar
Director y Conductor
Pentagrama del Recuerdo.com