biografía

Adrián Patiño

Músico y Compositor

 

Adrián Patiño

por Pentagrama del Recuerdo

Adrián Patiño Carpio, reconocido músico y compositor boliviano, nació el 19 de febrero de 1895 en la ciudad de La Paz. Sus padres, José Patiño de la Veja y Encarnación Carpio Vargas, le brindaron un entorno familiar propicio para su desarrollo artístico.

Desde temprana edad, Patiño mostró un gran interés por la música. Ingresó al Conservatorio Nacional de Música, donde recibió una sólida formación y se graduó en 1922 como profesor de instrumentos de viento. Posteriormente, comenzó su carrera como profesor de música en las escuelas de la tercera orden franciscana. En 1919, fue nombrado profesor de instrumentos de viento-madera en el Conservatorio Nacional de Música de La Paz, un reconocimiento a su destacada formación profesional.

Su talento y dedicación le valieron numerosos reconocimientos y oportunidades en el ámbito musical. En 1926, fue nombrado subteniente y se unió a la banda de música del Regimiento Loa 4 de Infantería como director. Durante su tiempo en el regimiento, tuvo la oportunidad de dirigir la banda de música que acompañó a la delegación de cadetes bolivianos en la celebración del Aniversario Patrio de la República Argentina en 1927. Su impecable presentación y excelente ejecución de marchas bolivianas le valieron elogios y reconocimiento.

En 1933, Patiño participó en el concurso de bandas de música americana realizado en el Teatro Colón de Buenos Aires, donde Bolivia obtuvo el primer premio. Este logro le otorgó prestigio internacional y le abrió nuevas puertas en su carrera. Fue ascendido a capitán, luego a mayor y finalmente, en 1942, a teniente coronel. En ese mismo año, el presidente Enrique Peñaranda firmó la orden designándolo Director General de las bandas de música del Ejército de Bolivia.

Además de su labor militar, Patiño también destacó como intérprete de clarinete, oboe y piano. Fue invitado a integrar la orquesta internacional de la compañía de ópera Agostinélli y dedicó tiempo a la formación de varias generaciones de músicos en la Escuela Militar de Música. También contribuyó al resurgimiento de las estudiantinas conformadas por obreros, organizando la Estudiantina 1ro de Mayo-Obreros de la Cruz y Kollasuyo, así como el Centro Artístico Haydn y el Centro Juvenil de Arte.

La prolífica carrera de Patiño se refleja en sus composiciones, donde predominan las marchas y los ritmos tradicionales bolivianos. Escribió más de cien marchas, entre las que destaca «La Marcha Presidencial» dedicada al presidente Tcnl. Germán Busch en 1939, así como boleros, caballerías, preludios, danzas y yaravíes. Algunas de sus composiciones fueron grabadas por sellos discográficos de renombre, como RCA Victor y Odeón de Argentina, lo que permitió la difusión de la música boliviana en el disco internacionalmente.

A lo largo de su carrera, Adrián Patiño recibió numerosos reconocimientos y condecoraciones. El Gobierno de Bolivia le otorgó la Orden de la Educación en el grado de Gran Oficial, en reconocimiento a su destacada labor en el ámbito musical. También fue condecorado por el Gobierno de Francia con las «Palmas Académicas» en el grado de Oficial, entregadas por el Embajador francés el 4 de julio de 1933.

Su legado trascendió más allá de su música y composiciones. En su honor, el Consejo Municipal de Cochabamba designó una plazuela en el distrito No. 2 de la zona de Queru Queru con el nombre de «Adrián Patiño». Además, una calle en la ciudad de La Paz lleva su nombre, en reconocimiento a su contribución al arte y la cultura de Bolivia.

Adrián Patiño contrajo matrimonio con Pastora Torres Endara, y juntos tuvieron seis hijos. Aunque tres de ellos fallecieron, Adrián, Blanca y Hugo siguieron sus pasos en el mundo de la música, destacándose como talentosos músicos y compositores.

Tristemente, el 9 de abril de 1951, a la edad de 56 años, Adrián Patiño Carpio falleció en la ciudad de La Paz mientras ejercía sus actividades en los centros musicales que fundó y dirigió. Su partida dejó un vacío en la escena musical boliviana, pero su legado perdura como un símbolo de excelencia, dedicación y pasión por la música nacional.

La vida y obra de Adrián Patiño Carpio continúan siendo recordadas y apreciadas como una valiosa contribución al patrimonio musical de Bolivia, y su nombre perdura como uno de los grandes exponentes de la música en el país.

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Alfredo Solíz Béjar
Director y Conductor
Pentagrama del Recuerdo.com